fjrigjwwe9r0TABLA1:B41 edf40wrjww2TABLA1:B41 fiogf49gjkf0d De: lucía García
Mi mano en el acero recalentado de tanta mano, mis pies como raíces en el suelo agarrotados para adherirse como lapas o ventosas, para que no se muevan ni un milímetro del espacio que me corresponde, tarea difícil para los tacones, el vaivén me mece, el rum rum me arrulla, cierro los ojos dormito en la oscuridad, me aíslo, como si estuviera en un bosque en movimiento, pero los árboles son humanos y uno de ellos ha levanta el brazo, mi olfato hace que mi cabeza se vuelva en un reflejo de defensa, mi cuerpo retorcido, cadera a la derecha cabeza a la izquierda, brazo derecho estirado para que la yema los dedos lleguen a un tope de equilibrio, hombro caído por el peso del bolso, codo de punta para evitar la barriga del gordo que tengo a la izquierda, chirrían los frenos tirón hacia adelante, tirón hacia atrás, parón, se abren las puertas, nueva avalancha como alud aplastante en oleada de masa humana, ya he topado con el gordo, una señora diminuta se ha agarrado a mi pierna, su bastón se ha hincado en mi pié - señora exija que le dejen un asiento es su derecho - un grandullón se levanta por vergüenza, peor para mi se apoya en mi espalda, yo así no aguanto 15 estaciones más. ¡!!!! Me bajo en la próxima si puedo ¡!!!!, mañana cojo el coche y aguanto caravana.
Madrid - 06/05/2008
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