Reaviva el fuego el señor de las moscas, reaviva el fuego la verdad, y es que decir que no soy nada sin él reconoce mi pacto de lujuria.

Todo sucedió una noche de matiz eterno, en la que las verdades dolían demasiado, y mi pasado era sin duda, la tempestad de la que yo me quería alejar, a la que yo me atrevía a odiar.

Debería contar esta historia desde un principio al menos en honor a la verdad, mi nombre es Yuri, y vengo de Rumania, donde las historias en torno a engendros deformes, lobos y vampiros son abundantes, mi cuerpo, hoy por hoy, ya no es de este mundo, mi alma si lo era, pero al menos conservo mi memoria, dura mi memoria, errantes mis recuerdos. Por aquellos días, en que renuncié a mi espíritu, se solía hablar de la verdad eterna de vida, que llevaban las novias de Satán.

La noche que hice el pacto la recordaré siempre.

Cada noche cada día rememoraba el odio, la angustia, y percibía el miedo de mi pueblo. Él se llamaba Nikita y era un muchacho de ojos grises, que iba repartiendo dracmas por la tasca, en la que yo trabajaba, su aspecto elegante y su porte iluminaba mis parcos ojos verdes, me preguntó que solía hacer después del cierre yo le conteste que como las muchachas de buena reputación volvía con mis padres, sin embargo aquello era una gran mentira, mi familia murió, cuando yo tenia solo siete años. Me dijo que quería conocerme, yo me negué rotundamente, no quería que pensara que era una de aquellas meseras que no sabían contenerse ante un hombre guapo, el color de su pelo denotaba misterio, un negro azulado que iluminaba sus facciones. No pude resistir la posibilidad de tener algo con él. Y lo cite en el bosque al atardecer, cerca del obelisco de los diez deseos, allí me encontraría con él.

Llego la hora del encuentro y su pelo aterciopelado contaminaba mis ideas, llegó a lomos de un caballo negro, me cogió la mano y con un abrecartas me quito la ropa luego de regar aquel obelisco con mi sangre pronuncio las palabras ´´hominis necat, etiam mulier necat ´´el hombre muera la mujer también.

Poco a poco, y mientras mis manos lo rodeaban, mi cuerpo iba transgrediendo este mundo, mi piel ya no era mi piel, su piel era para mi y todo los conceptos de virtud y castidad se perdían ante lo que yo creía amor verdadero. Pasaban los minutos y las horas pero aquel muchacho, ya no parecía aquel, no me daba terror, no me sugería miedo, pero el iba cambiando a la par mía, sus manos evolucionaban a garras sus ojos ya eran los de un halcón, su piel estaba rodeada por plumas cobrizas, y poco a poco me iba transformando, rodeada por el manto inigualable de su perfidez, mis manos ahora eran garras y yo no era yo.

, ¿Que hacia en que tornaba aquel deseo? , cuando desperté estaba sola, quise ver mi reflejo en el lago era una criatura diabólica Salí corriendo de la impresión cuando de pronto me caí en el fondo de aquel lago, mientras me hundía una voz me decía: recuerda tu pacto de amor, un halcón me sacó del lago y me dijo: novia de Satán únete otra vez a mi y quédate en el bosque, jamás recobraras tu apariencia, somos los siervos de Satán.

Ya solo conservas la poca conciencia humana, de tu cuerpo maltrecho, para los demás y para mi tu apariencia es la de un hada azul, tu obligación será seducir a todo aquel que se acerque al obelisco de los diez deseos, por cada deseo, restaras un don, una virtud, que le robarás al iluso y jamás devolverás. Recuerda que tu única compañía seré yo, por eso nada más deberás fidelidad al averno, donde mandaras a esos pobres incautos.

Aquel halcón perdió, su apariencia de demone, y se convirtió en una preciosa damisela, y con esas, volvió a la noche del treinta uno de octubre ,la noche en los que los bendecidos por la pelona vuelven del otro mundo, para molestar a los vivos .La fiesta empezó con unas copas y se convirtió en bacanal , existía la suficiente dispersión para que la pobre Yuri , y Nikita el mensajero de Satán hicieran de las suyas , solo con perder el sentido ,solo con perder un poquito la consciencia, solo eso faltaba ,para que la noche tornara jugosa para los dioses del averno.

Dieron las doce y los vivos se confundían con las ánimas y Yuri el hada azul vendía sus besos a la causa, mientras Nikita seducía con su ambigüedad a hombres y mujeres de los que le extraía el alma y toda su sangre a modo de tributo a Belcebú.

Yuri se detuvo ante la gente, y observó meticulosamente la imagen de un crío de quince años, el chico la vio lo suficientemente llamativa, para largarse con ella .Esta lo llevó al bosque lo sentó delante del obelisco, y le vendo los ojos, iba seduciéndolo con sus manos poco a poco, tramo a tramo, mientras el desvirtuaba su inocencia y de su boca salían millares de moscas que terminaron envolviendo su cuerpo, el chico cedió su inocencia el segundo paso seria aceptar su sino.

Libido, conciencia o el legado de su existencia, todas estas palabras galimatías para ella, rondaban la parcela, de poca conciencia humana, que le había quedado tras su pacto con Satán, ¡ un niño por Dios santo! , un niño en manos del Dios de los proscritos, lo siguiente sacrificarlo, para que, para aumentar mas la desdicha que me acompaña jamás recuperare mi cuerpo, la daga debo clavármela yo, en fin, lo que me llevó a esto fue el amor y no el deseo debo contenerme, y usar la poca conciencia que me sostiene, para no enviar a ese pobre chico de donde yo no puedo volver.

Yuri el hada azul ,se clavó en el pecho la daga , y aunque el niño estaba muerto impidió que su alma llegara al averno , a todo esto Nikita le saco la daga y la beso como ave diciéndole lo siguiente : las sabanas de Satán nos unieron y un extraño sentimiento me confunde , ¡dios yo no soy humano que me pasa ¡, devenga los siglos contamine el polvo mi corazón yo llamado entre los mortales Nikita seré por siempre tuyo aunque ni yo mismo lo comprenda.