Hoy en día, tal como esta sucediendo en el fútbol de elite, la falta de juego limpio y deportividad, brillan por su ausencia, y a la vez, se traslada al mas humilde, gracias al consumo deportivo que nos venden, pero hay veces que suceden cosas y actos, que no dejan de sorprendernos, y a su vez, nos hacen mas persona, tengas la edad que tengas.

En el fútbol sala de veteranos, se dio todo un ejemplo de juego limpio, deportividad y sobre todo, compañerismo. Digo todo esto, porque el pasado miércoles cuando se enfrentaban en la decimotercera jornada de la liga de fútbol sala de veteranos denominada “El Regumbio” pero llamada “El Rebumbio”.

Se enfrentaban los equipos, Cabildo insular Reserva de la Biosfera y La Caja de Canarias, pues en un lance del juego, y en jugada totalmente fortuita, un balón dividido entre el jugador del Reserva de la Biosfera Luis Jorge García Morales y el portero de La Caja Pedro Jiménez Bolaños, ambos al disputar el balón, quedaron lesionados, llevándose la peor parte Pedro, portero de La Caja, con problemas en su clavícula, no pudiéndose recuperar.

Luís Jorge se intereso por el alcance de la lesión del portero, pues este tuvo que visitar un centro Hospitalario para que lo viese un traumatólogo, el cual le coloca un cabestrillo para mantenerle inmovilizado su brazo, y le comunicaba su incapacitándolo para desempeñar su trabajo.

Luis Jorge, jugador con quien tuvo el infortunio de lesionarse, al enterase de que Pedro no podía ejercer su trabajo, en un gesto de humanidad, al encontrarse éste en paro, tuvo la feliz idea de atenuar el problema del compañero rival, prestándose a ejercer su trabajo, mientras este se encuentre incapacitado, ya que Pedro, es trabajador por su cuenta, (Autónomo), gesto éste de dar toda una lección, y que le engrandece como deportista y como persona.

Son estos detalles los que hacen que a veces nos sintamos mas orgullosos de lo que hacemos, y sobre todo, porque lo hacemos, por que gracias a estas líneas, hacemos llegar a todos los seguidores de cualquier deporte que las lea, que todavía siguen quedando síntomas de deportividad y compañerismo, sobre todo, cuando el deporte se practica, por puro amor a este.