El Óbila afronta en la noche del viernes su último examen de pretemporada. Los de Antonio Cano se miden a un Rayet Guadalajara que pese a que le derrotaron en la cancha alcarreña no va a ser un rival nada fácil. Los abulenses se verán las caras con un equipo que conserva el potencial de la pasada temporada reforzad con tres buenas incorporaciones como el base Rakim Hollis, procedente del Molina, el alero Anton Savitski, venido del Almería de LEB Plata y el pívot Zach Andrews, que estuvo en Playas de Santa Pola, también en LEB Plata.

Un adversario de similar categoría no puede venir nada mejor que para probarse antes de iniciar la competición oficial de la LEB Bronce. El Óbila ha cosechado cinco triunfos y tan sólo una derrota y además por un único punto, pese a no haber podido disponer en los encuentros de todos sus efectivos, estando inédito el base Frederic Castelló, circunstancia que ha impedido acoplar perfectamente las mimbres puestas a disposición del entrenador. Lo positivo es la dinámica del plantel, que sin duda alguna ha hecho a los jugadores inasequibles a las adversidades, que ahora mismo se centran en las bajas por lesión del citado Castelló y del pívot Tomás Ramón.

Frente al Rayet, el Óbila debe dejar constancia de sus cualidades. Imponer el ritmo de juego será un factor importante lo mismo que garantizar el dominio en la pintura, donde el norteamericano Paul Willians tendrá mucho que decir, siendo una de las principales atracciones del partido en su segunda presencia ante los aficionados verderones.

Tener un buen día en el juego exterior puede conducir a los de Antonio Cano a su última victoria de la fase de preparación. Ser agresivos en defensa, correr el contraataque y tener muchas referencias en ataque, serán las armas a utilizar si se quiere cerrar positivamente la pretemporada, antes del primer compromiso serio en Molina de Segura.

El partido se juega en el pabellón de San Antonio, a partir de las 21:00 horas del viernes 26 de septiembre.