El Óbila Club de Basket encajó su primera derrota de la pretemporada tras cuatro victorias anteriores. Lo hizo dando la cara en todo momento sobre un Real Madrid cuyo entrenador, Ángel Manzano, pudo disponer de hasta 13 hombres en su plantel para ir rotando, mientras que Antonio Cano tan contaba en el banquillo con seis jugadores sénior y dos júnior. Cuatro bajas muy importantes las que tuvo ayer el conjunto verderón. Las consabidas de Frederic Castelló y Nacho Elizagaray, a las que se unieron las de los dos jugadores norteamericanos.

Por un lado, los aficionados no pudieron observar las evoluciones del nuevo fichaje Paul A. Willians, que resultó tocado en el entrenamiento matutino del viernes. Por otro, una indisposición el mismo sábado dejó fuera de combate a Drake Bouldin. Y para más inri durante gran parte del segundo tiempo, el equipo abulense no contó con Sergio Sánchez, que se hizo daño durante el desarrollo del encuentro, sin olvidar que cuando aún restaban seis minutos para acabar el tiempo reglamentario, Víctor Chuan tuvo que abandonar la cancha por sufrir su quinta falta personal.

Los inconvenientes señalados hicieron que Tomás Ramón jugase todos los minutos como único pívot disponible y que Ion Ugarabe lo hiciera en 38. También Rubén López hubo de estar en juego muchos minutos pese a encontrarse con las facultades físicas disminuidas por problemas estomacales. Los dos júnior convocados, Víctor Quirós y Pablo Ferrer, pudieron disfrutar de minutos.

Pese a la gran cantidad de ausencias, el equipo de Cano demostró que está preparado para iniciar la competición de la liga LEB Bronce, y que su posibilidad de mejora es enorme una vez que tenga a todos los efectivos disponibles. La motivación mostrada por los que actuaron fue lo mejor del conjunto que ejercerá esta campaña como referente del deporte abulense en las competiciones nacionales. Al descanso ganaba de catorce puntos, que fueron conjugados en la segunda mitad por el cansancio acumulado por unos jugadores verderones que impusieron un ritmo muy vivo, tratando de agradar a los aproximadamente 400 espectadores que se dieron cita en el pabellón de San Antonio.

El encuentro comenzó con un parcial de 0-7 a favor del Real Madrid y con un cinco local formado por Madoz, Chuan, Sergio, Ugarabe y Tomás Ramón. Poco a poco se fue igualando el resultado aprovechándose de los errores cometidos por el rival merengue. Cuando quedaban tres minutos para finalizar el primer cuarto, el Óbila se puso por primera vez por delante en el marcador (25-24) gracias a un triple de Víctor Chuan. Apenas se movería el resultado en el tiempo restante, terminando los primeros diez minutos con un 27-24 a favor del cuadro local.

El Óbila aprovechó el segundo cuarto para estirar el marcador con un parcial de 9-2. La rapidez impuesta por el equipo abulense desarbolaba a un impreciso Real Madrid, rematando Chuan con un triple sobre la bocina, de forma que al descanso el electrónico señalaba 51-37 para el cuadro verderón.

Con el resultado a su favor en el inicio del tercer período, la escuadra local siguió imponiéndose durante los primeros seis minutos y medio del cuarto, manteniendo los catorce puntos de ventaja (60-46). La entrada en juego por parte madrileña del veterano Javi Pérez y el señalamiento por los árbitros de dos técnicas, una para cada equipo, desequilibró un tanto el juego del Óbila, culminando el tercer período con un margen de diez puntos (62-52).

La fatiga hizo mella en los jugadores abulenses durante el último cuarto, quedándose el equipo cuando quedaban aún más de ocho minutos de partido con un jugador menos tras señalarse la quinta personal a Víctor Chuan. Un triple de Barra puso al Real Madrid por delante en el marcador (68-69), repitiendo el mismo protagonista en el acierto desde los 6,25 metros, que le servían para mantener vivo el triunfo por la mínima de los madridistas. De nada sirvió que Facundo Madoz convirtiese dos tiros libres que permitían recuperar una victoria parcial (77-76) que apenas tuvo virtualidad porque el Real Madrid anotaba la última canasta y se llevaba el triunfo definitivo (77-78).