El Rayet Guadalajara no supo encajar la severa derrota que le estaba inflingiendo sobre la cancha el Óbila Club de Basket, que superó en todo momento al conjunto alcarreño. En protesta por la actuación de los árbitros, que les habían señalado varias técnicas, expulsando a su entrenador Javier Muñoz, los jugadores castellano manchegos decidieron retirarse del encuentro cuando aún restaban 4 minutos y 28 segundos y el electrónico del pabellón de San Antonio señalaba un 88-61 en su contra.

No contentos con esa actitud poco deportiva, que supone un desprecio para el público que asiste al evento deportivo, la expedición del Rayet originó en el vestuario distintos desperfectos rompiendo azulejos. Un encuentro en el que no se jugaba nadie nada por su carácter amistoso, terminó de forma inesperada por parte del equipo invitado que no supo encajar el varapalo deportivo que le estaba dando el rival y en el que no influía la desastrosa actuación de la pareja de árbitros, a quienes el choque les vino demasiado grande por sus limitaciones para dirigir el enfrentamiento entre dos equipos de la LEB Bronce.

El Óbila arrancó la sexta victoria de la temporada ante uno de los equipos llamados a estar arriba al finalizar la campaña. Los abulenses dominaron desde el principio del encuentro de tal forma que los alcarreños nunca estuvieron por delante. Un inicio con un parcial de 6 a 0 a favor del conjunto verderón decía bien a las claras quien llevaba la batuta. Lo hacía con tal intensidad en defensa –la principal característica del equipo de Antonio Cano- que no quedaban resquicios para que Guadalajara pudiera anotar. Al final del primer cuarto, el marcador reflejaba 22-13.

La incapacidad para desarbolar a un sólido Óbila –que tendrá al pívot Tomás Ramón de baja por varios meses a causa de la rotura del ligamento cruzado anterior- pesaba demasiado en los visitantes, que se las veían y se las deseaban para encestar en el aro contrario. El cuadro local apretaba con los aciertos en triples de Dreke Bouldin y con el poder anotador de Sergio Sánchez. El primero finalizó como máximo encesatador del encuentro con 24 puntos, además de capturar 8 rebotes. Y al lado del espectacular jugador tejano, su compatriota Paul Willians era inexpugnable bajo tableros completando un excelente partido, como jugador mejor valorado con 31 puntos, fruto de sus 12 rebotes y 18 puntos finales.

Así, en el segundo acto la tónica fue idéntica. Los hombres de Cano dominaban no sólo el electrónico sino también sobre la cancha pues los alcarreños se mostraban incapaces de acortar las diferencias ante el acierto rival, por lo que se fueron al descanso por detrás en el tanteo (49-26), después de haber tenido los abulenses una mejor racha anotadora equivalente a un parcial de 12-0.

Tras el descanso, la dinámica de juego fue la misma, ya que los locales siguieron con el mismo ímpetu que en la primera parte, con una defensa inasequible al desaliento. Los verderones siguieron encestando, aumentando su ventaja con una renta cómoda casi doblando los números al final del tercer cuarto: 76-40.

En el último cuarto y en ausencia de los dos hombres más grandes del Óbila –Willians y Bouldin- los visitantes trataron de aprovechar esta circunstancia de falta de centímetros y de kilos en el equipo contrario. De ese modo, alcanzaron su mayor racha sobre el rival (7-0) poniendo el marcador en 80-48. No arrojaron la toalla y redujeron distancias hasta el 88-61, momento en que decidieron retirarse de la cancha, dándose entonces por finalizado el partido.