El ADT Tarragona es junto con el Promobys Valle del Almazora uno de los dos conjuntos que han sido capaces de ganar al Óbila en la cancha abulense esta temporada. Tras un resultado de 86-90 en el partido disputado en la primera vuelta en el pabellón de San Antonio, en el que tuvieron que jugarse dos prórrogas para decidir el ganador, vuelven a enfrentarse a falta de cuatro jornadas para el final.

Con dos compromisos esta misma semana, el miércoles en Tarragona y el sábado en el Carlos Sastre frente al Real Madrid, el conjunto verderón viaja mañana mismo a primera hora a la Ciudad Imperial con ganas de vengarse de la afronta sufrida el pasado mes de diciembre. La última victoria ante Valdemoro ha supuesto un paso muy importante para conseguir meterse en los play off, situándose en tercera posición en la tabla con los mismos 16 triunfos que otros tres equipos. El Tarragona tiene tres victorias menos y debe asegurarse aún el pase para la fase de ascenso, por lo que está obligado a doblegar a su rival.

La trayectoria última en los desplazamientos del Óbila es totalmente negativa, con cuatro derrotas consecutivas. Romper esta mala racha es el próximo objetivo, para lo cual es necesario exigir a los jugadores abulenses la máxima concentración. Habrá que sujetar a hombres como Chris Gino Mortellaro, que protagonizará con Dreke Bouldin el duelo estelar individual del choque. Frente a frente estarán los dos más valorados de la presente liga de LEB Bronce. En el partido jugado en Ávila ganó Mortellaro a Bouldin, ahora se pretende lo contrario.

Pero no sólo de Mortellaro vive el Tarragona, aunque sea el jugador más determinante. Habrá que contar con la oposición del ex verderón David Viñas –con ganas de ‘hacerle un roto’ a su antiguo equipo-, así como con el ala-pívot estadounidense Derek Stribling, y el joven base Joan Camí, sin olvidar al también base Jon Santamaría, incorporado al equipo tarraconense en el mes de febrero procedente del Melilla de la LEB Oro.

El encuentro se disputa en el Casal Esportiu Riu Clar, con arbitraje del madrileño Francisco Martín Rico y del catalán Óscar Avilés Antón.