I. Herrera/EL ADELANTO
Además de los daños que los topillos han causado en los cultivos agrícolas, la plaga ha tenido también repercusión para los cazadores que ya hace meses alertaban de los perjuicios que el tratamiento químico aplicado para hacer frente a los roedores conllevaría para la práctica de la caza.
Teniendo en cuenta las elevadas cantidades de dinero que los aficionados a esta actividad invierten cada año, los cazadores consideran que la Administración debería haber prestado mayor atención a sus advertencias y solicitudes, pues las medidas adoptadas para combatir la plaga han supuesto a los bolsillos de muchos cazadores pérdidas de miles de euros.
El presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, Luis Ciria, explica que están a la espera de que los informes solicitados a un laboratorio esclarezcan cuál ha sido el motivo de la muerte de las numerosas liebres halladas en los cotos: la clorofacinona o la turalemia. En el caso de que se trate de la enfermedad endémica en la región no queda más remedio, según explica Ciria, que "aguantarse", pero si los resultados de los análisis revelan que la causa está en el veneno "actuaremos con todas las de la ley e iremos a los juzgados", explica el presidente de la Federación que recuerda que en su momento ya se advirtió de los problemas que podrían devenirse de este sistema de aplicación: "Tenemos conciencia del problema que han causado los topillos a los agricultores, y ya en su día no nos negamos a que se empleara veneno para acabar con ellos, pero sí sugerimos que se hiciera con pastillas de parafina que no hubieran causado tantos problemas". Ciria relata que son muchas las especies que se han visto afectadas: "Todas aquéllas que comen grano (perdices, liebres...) y depredadores".
Al margen de los informes solicitados por la Federación de Caza, están también a la espera de los tramitados desde el Ejecutivo regional que se suman a este intento de esclarecer si el problema se debe a la clorofacinona o a la tularemia.
Un cazador salmantino narra lo penoso de la situación ejemplificando su experiencia en un coto ubicado en el término municipal de Tarazona de la Guareña: "Al margen de las liebres que hemos hallado muertas, las que hay, no corren". Asimismo, en cuanto a las cantidades invertidas en esta actividad, pone como ejemplo que para la caza de liebre con galgo, "únicamente el coste de presentar un galgo a la Federación supone 1.200 euros". Pero la caza tiene otros muchos costes como el alquiler del coto, el seguro de caza, el permiso de armas, la licencia de caza, los perros... cantidades, en muchos casos desorbitadas, que esta temporada sienten haber tirado a la basura.
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