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Una buena alternativa de ocio a la playa

Agosto, el mejor mes para disfrutar de la caza y de la pesca

 

Pedro Vizcay/DIARIO DE LEÓN

 

La pasión por la caza y por la pesca es compartida por muchos aficionados que, además, disponen de vacaciones estivales. En agosto finaliza la temporada de la pesca de la trucha con muerte, y a partir del día 15 comienza la Media Veda, de modo que durante bastantes jornadas pueden compatibilizarse ambas actividades. Cazar y pescar, disfrutando de la naturaleza y haciendo deporte, puede ser una alternativa de ocio a la playa, que tradicionalmente ha ocupado los periodos vacacionales del estío.

 

Durante el mes de agosto permanecen abiertos los ríos regulados y sus embalses. Para la pesca con mosca es un mes ideal dentro de la temporada de pesca con muerte. En esta época y hasta septiembre las eclosiones de insectos suelen ser abundantes y las truchas cobran una importante actividad pues deben sobrealimentarse para afrontar el invierno y su ciclo reproductivo. Las aguas, incluso de los ríos regulados, han incrementado su temperatura hasta los 15-18 grados, ideal para que los salmónidos asimilen y digieran su alimentación que, básicamente, consta de invertebrados en sus diferentes formas y estadios.

 

El pescador de mosca encuentra en las horas centrales del día y en ocasiones durante toda la tarde truchas cebándose bien en las corrientes y raseras o en las tablas sombrías. Engañarlas resulta difícil pues no en vano nos encontramos al final de una temporada y los peces están resabiados y esquivos. Sin embargo esta circunstancia no desanima al pescador de mosca, antes bien, aumenta la emoción al tener que usar sedales más finos e imitaciones mejor trabajadas.

 

Otro de los alicientes para la pesca durante el mes de agosto es la vitalidad que han alcanzado las truchas. En esta época se muestran combativas y con mucha fuerza, lo que con frecuencia lleva a emocionantes peleas que pueden acabar con la rotura del hilo y la consiguiente pérdida de una buena captura que siempre, en estos casos, se aprecia de mayor tamaño. Un problema suele ser el calor ambiental, que se multiplica dentro del vadeador, salvo cuando el pescador se sitúa en una tabla con el agua por la cintura. Los materiales de pesca, sin embargo, son cada vez más sofisticados aunque también más caros. Un vadeador transpirable, por ejemplo, puede alcanzar un precio de seiscientos euros, prohibitivo para muchos bolsillos.

 

Cazar la codorniz

 

Los amantes de la escopeta y del perro inician la temporada a partir del día 15 de agosto, fecha en que se abre la media Veda. La Ley de Caza de Castilla y León ha hecho que desaparezcan los terrenos libres, por lo que para poder cazar es necesario disponer de un coto de caza o utilizar los cotos intensivos. En estos últimos es preciso soltar las piezas, perdices, faisanes o codornices criados en semilibertad. La caza de la codorniz con perro puede resultar apasionante y de hecho son muchos los cazadores que la practican. Para ello se necesita disponer de un perro de muestra, pointer, setter, braco alemán o espaniel bretón principalmente, sin olvidar otras razas menos comunes pero también eficaces.

En esta media veda el cazador suele salir al campo con las primeras luces del alba y, con frecuencia, se verá sorprendido por el canto de la codorniz. El perro «manea» el rastrojo hasta percibir el rastro de la pequeña gallinácea, que le hará tensionarse en espectaculares posturas. La arrancada del ave, generalmente a corta distancia, es sucedida por el disparo y, caso de abatir la pieza, será de nuevo el can quién trabaje para buscarla y entregársela a su dueño acción denominada «cobrar».

 

Un perro con buenos vientos y bien entrenado es el mayor tesoro que tiene el cazador. Quienes lo pierden por alguna razón llegan incluso a abandonar el deporte de la caza pues se sienten desanimados y desarmados. Pero no es la codorniz la única especie cazable durante este mes. Además de la paloma torcaz, desde el 24 de agosto puede cazarse la tórtola común. El retraso en la apertura de esta ave se debe a la disminución de efectivos que vienen acusando sus poblaciones en los últimos años. La torcaz es la mayor de las palomas. Desconfiada por naturaleza y provista de una visión muy aguda la práctica más deportiva consiste en cazarla «al paso». Los montes de roble y encina son frecuentes lugares de anidamiento y también de «ceba». La paloma torcaz suele permanecer en su lugar de cría hasta finales de septiembre o principios de octubre, fechas en que emigran formando grandes bandos.

 

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