Hola amigos:
En mis 11 años de carreras me han pasado muchas cosas. Me he salido, he pinchado, he perdido algún rallyesprint por un segundo, he tenido infinidad de problemas en los tramos, rodar con seco en agua, con agua en seco, partir palieres, reventar amortiguadores, encontrar otros pilotos y adelantarlos… no sé, se me ocurren infinidad de casos, pero lo que me había pasado no tenía comparación con lo que me ha pasado la madrugada del 10 de noviembre a un km de Robledondo y a 3 kms de meta del último tramo del Rallye de Guadarrama que por segunda vez no puedo acabar por culpa de la rueda delantera derecha.
El año pasado se nos segaron los espárragos de dicha rueda y nos salimos en el penúltimo tramo, cuando íbamos segundos del rally y ya con la clara intención por nuestra parte de acabar. Este año, con la misma intención de acabar, siendo primero con una ventaja de 37 segundos sobre Monarri, también tenemos que abandonar. No sé si es mala suerte, si este rallye es gafe para nosotros, pero lo que está claro es que el destino nos quitó un rallye que estábamos empezando a saborear.
Pero estas son las reglas del juego, los que jugamos a este ingrato deporte, donde para llevarte una alegría te llevas mil disgustos. Lo sabemos, pero a veces ya decae la moral y te preguntas si merece la pena tanto sacrificio y esfuerzo para jugar a este deporte, que son los amados y temidos rallyes. Ahora ya sé lo que sintió Sainz cuando perdió el mundial a 500 mts de la meta del último tramo. Yo, mi equipo, hemos perdido un rallye a 3 kms del final por una puta rueda.
En fin, yo creo que de todo se aprende, estos son momentos duros, espero que antes del Shalymar se nos pase el bajón moral que tenemos, y podamos hacer un buen rallye como broche final. Si no qué será de nosotros el año que viene.
Un buen comienzo en la Morcuera
La prueba empezaba para mí ya el viernes por la mañana. Estuvimos cambiando discos y pastillas de frenos, pues sabíamos que estos iban a sufrir mucho en Morcuera, y ya estaban al límite de su uso. Preparé la ‘furgo’, limpiamos y dejamos bonito el Evo y nos fuimos a Villalba a verificar. Como vivo en Moralzarzal, lo llevamos rodando, y verificamos sin problemas. Ya llegaron mi padre, Laura, Carlitos, Miguel, Julio, Oscar, César, Carlos y Alejandro, que nos iban a ayudar con la asistencia y en los tramos con los tiempos y de meteos, y se nos hizo el tiempo de empezar a salir.
Salimos y fuimos a Moralzarzal a la primera asistencia, donde Julio y mi padre habían ya preparado todo. Dan una vuelta al Evo, presiones, etc. Y salimos dirección a los tramos. En el enlace empiezo a no oír a Eva y ella sí me escucha, así que por precaución nos cambiamos los cables de los interfonos y menos mal que lo hicimos, ya que se estropeó algo de la centralita y nunca más me volvió a oír, menos mal que yo a ella si la escuchaba.
Con estas estamos ya en la salida de Morcuera, y hacemos un magnífico tramo, llegando al final sin frenos, y Eva algo mosqueada pues me dice que no me ha salido muy bien el tramo y que se puede mejorar. Sin embargo, hacemos un scratch como un castillo, ganando a Monarri por 10”, a Dani Marbán por 21” y a Rubén por 24”, que estrena un Evo 7. Nos vamos a Cotos, contentos pero mentalizados que hay que seguir corriendo, y mucho. Hacemos otra vez el scratch, sacando 9” a Rubén, 10” a Marban y 14” a Monarri. Al salir del tramo vemos a Marbán con problemas (vaya año que lleva también) y le damos agua para que rellene al motor del Saxo.
En la asistencia revisamos el Evo, viendo que todo está correcto, y hablamos un poco de la estrategia a seguir. Yo pienso que había que seguir atacando, con cabeza, y coger más diferencia para la segunda parte del rallye. Así que nos vamos otra vez a Morcuera con la mala noticia de que Dani Marbán se queda en la asistencia con la bomba del agua rota del Saxo. En Morcuera 2 estábamos haciendo el tramo mejor que en la primera pasada, pero a 3 kms de meta, Rubén había metido mucho su Evo en una cuneta y me deja una piedra inmensa en la trazada ideal de la curva, que es ciega. Intento esquivar un poco la maldita piedra, pero no lo suficiente. Resultado, empieza a vibrar la rueda y no sé si hemos pinchado o que hemos doblado, así que hago el final del tramo despacio y empeoro 5” mi pasada anterior, y según los cálculos de Eva hubiéramos mejorado 10 o 12” sin el problema. Con razón me dijo en la 1º pasada que se podía mejorar. Total, nos mete 5” Monarri, y metemos 8” a ‘Isra’ y 17” a Rubén, que se hizo un trompo en una de las paellas.
Adiós a la victoria en Robledondo
Con nervios, y gracias a la ayuda de Rubén que me dejó su pistola y de Monarri que nos dejó su gato, pues el mío no subía bien (Ley de Murphy, si algo va mal, puede ir peor) cambiamos la rueda, y ya más tranquilos, después del susto nos vamos a Cotos. Allí volvemos a hacer el scratch, sacando 10” a Rubén, 11” a Monarri, y 13” a Isra. De allí a la asistencia en Guadarrama, donde revisamos el Evo otra vez y cambiamos ruedas, pues hasta aquí había utilizado BF Goodrich y ahora cambiaba a unas Michelín más blandas para que cogieran temperatura antes. Y no sé si aquí vino el error que nos hizo perder el rallye.
Hicimos la primera pasada por La Cruz Verde y Robledondo sin problemas, regulando la ventaja de 30” que llevábamos a Monarri y un minuto a Rubén, que sacaba sólo 1” a ‘Isra’ y veíamos que allí iba a ver lucha. Volvemos a Guadarrama, con la misma ventaja sobre Monarri y 54” sobre Rubén, que a su vez ya sacaba 12” a ‘Isra’.
En la asistencia vimos que el diferencial trasero perdía un poco de valvulina, nada alarmante pero que te preocupa. Nos fuimos a La Cruz Verde 2, y ya acabamos el tramo con una vibración preocupante, que no sabíamos justo de donde venía, pero que me imaginaba que era del diferencial trasero. Nos paramos a mirar, pero no veo nada, así que tiramos a Robledondo, y en el pueblo de antes del tramo, me vuelvo a bajar a mirar a ver que puede ser. No veo nada, y entramos al tramo. Como no estamos tranquilos, les decimos a los del control que tienen una linterna grande que nos miren las ruedas, por si está alguna pinchada, y nos hacen un gesto de o.k. Salimos al tramo, desconcentrados, la vibración cada vez va a mas, y ya llega un momento que paro pues siento que me estoy cargando todo el Evo. Nos bajamos casi llorando y con mucha impotencia, en ese momento pasa Monarri, que me imagino cambiaría la cara cuando nos vio parados, y seguimos sin ver nada, lo cierto es que tampoco miré con mucha atención, no podía, acababa de perder un rallye precioso que creo que merecíamos ganar y que perdimos, e intuía que sería algo del diferencial trasero y su perdida de aceite. Así que allí nos quedamos, desesperados, sin hablar, viendo amanecer en mi precioso Evo, y sin saber que había pasado.
Cuando llegó Manza con la grúa, ya me bajé, y la sorpresa fue que ya vimos que se había desprendido la banda de rodadura del neumático delantero derecho, doblando la aleta, arrancando el bigote del parachoques, la talonera lateral, el pase de rueda…etc. Al final ya nos daba igual lo que se había roto, el mal ya estaba hecho, aunque si hubiéramos visto que era la rueda y la cambiáramos, hubiéramos perdido tres minutos, y si hubiéramos intentado llegar al final del tramo, así no merece la pena, pues luego la factura de arreglar todo lo que destroza el neumático es muy alta para llegar cuarto o quinto después de tener la victoria tan pronto.
Ahora sólo nos queda pensar en el Shalymar, el rallye de mi escudería, y dar las gracias a todo la gente que nos apoyó con mensajes y llamadas para darnos ánimos, a todos los amigos que estuvieron siguiéndonos durante el rallye, y a los aficionados por aplaudir nuestro paso por las curvas. Felicitar a Monarri por su victoria, a Rubén por su doble triunfo, y desear que algún día se nos pase la mala racha, porque sino abandono el juego.
Alberto San Segundo
http://www.sanseracingteam.com
|