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El abulense Noel Martín, una de las apuestas de Miguel Madariaga e Igor González de Galdeano, brilla en el Naturgas y sueña con vestir algún día el maillot de Euskaltel-Euskadi
En apenas un mes como aficionado, su nombre, Noel Martín, suena fuerte por varios motivos. Primero, por sus victorias en las dos pruebas disputadas del Lehendakari Txapelketa, en Ereño y Lizartza. Y segundo, porque, sin ser vasco, es una de las apuestas de futuro de Miguel Madariaga e Igor González de Galdeano para formar parte algún día de Euskaltel-Euskadi, y con tal fin se ha iniciado en el filial naranja, el Naturgas alavés.
De alguna forma, Martín ha echado a andar de un modo similar al asturiano Samuel Sánchez, que dio el salto al equipo naranja tras correr sus tres años de sub'23 en el Olarra vizcaíno. El camino es largo y tortuoso, pero "ahora mismo, mi objetivo no es pasar a profesionales, pero sí trabajo para ello, y ojalá lo pueda conseguir en Euskaltel-Euskadi", asegura el abulense.
Seis años sobre la bicicleta
Cumple su sexta temporada en el ciclismo, en el que se inició como infantil en la escuela de Arenas de San Pedro, el pueblo al lado de su El Arenal natal, una localidad de 1.100 habitantes en la Sierra de Gredos. "A 20 kilómetros, ya tenemos la provincia de Toledo. Si tenemos que ir a un hospital, es más lógico que vayamos al de Talavera de la Reina (Toledo) que al de Ávila", apunta.
Estudiante de ingeniería en Valladolid y empadronado en Vitoria
Desde septiembre vive en una residencia de estudiantes en Valladolid, donde lleva al día la carrera de Ingeniería Técnica Industrial. Los fines de semana, sin embargo, reside en Miranda de Ebro (Burgos), con la familia del mirandés Aitor Valderrama, compañero de equipo y uno de los jóvenes becados por la Fundación Euskadi. Para rizar su estatus de trotamundos , explica que está empadronado en el domicilio gasteiztarra de Álvaro González de Galdeano, director de Orbea-Oreka SDA. De este modo posee licencia vasca, por lo que podría correr con la selección de Euskadi, como ocurrió en su día con el salmantino Roberto Heras.
Siete victorias en 2007
La pasada temporada, logró siete triunfos y la general del Trofeo Castilla y León, con su equipo de siempre, LoAlto.com, además de tres etapas y la general de la Vuelta a Pontevedra, que corrió en septiembre cedido en el conjunto Cafés Gometero, del que también procede Valderrama. El director de la formación mirandesa, Raúl Tobalina, "me preguntó si tenía equipo para aficionados y, como no lo tenía, me dijo que intentaría ayudarme", recuerda.
A los pocos días, recibió la llamada de Miguel Madariaga, quien este año acudió a la presentación del Cafés Gometero. "Cuando la Vuelta a España llegó a Ávila, me reuní en el hotel de Euskaltel-Euskadi con Madariaga e Igor González de Galdeano. Me dijeron que iban a sacar un filial en Álava, con una filosofía de formación. En un día pasé de no tener equipo a reunirme con Miguel e Igor".
Galdeano y Madariaga le explicaron que un corredor no vasco pero formado en Euskadi podía correr en su equipo ProTour, la formación estatal que "más me gusta. Antes siempre fui de Banesto, ya que mi ídolo era el Chava y Sastre también corrió en aficionados en él, pero Caisse d'Epargne es cada vez más francés", opina.
Un rodador que se defiende subiendo
Martín tiene fama de disciplinado. De otra forma, no habría sobrevivido a la dureza del tamiz de la Sierra de Gredos, por la que se entrena en solitario. "En esta zona no hay ciclistas. Vaya adonde vaya, sólo hay puertos, como El Pico, Serranillos, Mijares... Si quiero encontrar llano, tengo que hacer muchos kilómetros". Su físico, con unos potentes cuádriceps, son más propios de un rodador, aunque "me defiendo subiendo".
El contrapunto a la soledad lo halla en el microclima de Gredos, que concede suaves inviernos. "No suele nevar ni hacer mucho frío, así que se entrena muy bien". En Valladolid, se une a la grupeta de los Ritxi Serrano (Tinkoff), Óscar Pujol (Burgos Monumental), Jesús Palacio (Azpiru-Ugarte), David Álvarez (Telco)...
Sorprendido de su buen inicio
De sus primeros compases como sub'23, destaca que "no esperaba comenzar tan bien. De hecho, en Ereño me costó levantar los brazos, porque no me lo creía". En Lizartza venció pese a caerse en el descenso de Altzo. "Empalmé en el último kilómetro, y creo que gané de la rabia que llevaba. De todos modos en el equipo prefieren que ataquemos a que vayamos resguardados y luego ganemos". Martín hace las dos cosas: atacar y rematar.
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