Carlos Sastre vuelve a la competición el próximo lunes en la Volta a Catalunya, una carrera que en sus once temporadas de profesional sólo había disputado, como él mismo recuerda, en una ocasión: “Sí, curiosamente sólo la corrí en 2005. Salí en unas condiciones algo precarias, después de un mes sin poder montar en bici por una rotura en el radio, a la altura del codo, que me produje en una caída en la primera etapa de la Vuelta al País Vasco”.

Pese a esa circunstancia, el abulense dice tener 'buenos recuerdos de aquella carrera, porque Iñigo Cuesta ganó la cronoescalada a Arcalís y yo me fui sintiendo mejor conforme pasaban los días'. “Llegué justito a la salida, pero poco a poco fui progresando'” comenta.

Tras haber enlazado Castilla y León, País Vasco y las clásicas de las Ardenas, el líder del CSC se ha tomado un respiro competitivo de tres semanas, aunque los entrenamientos por las carreteras abulenses han sido intensos para afrontar la Volta con ciertas exigencias. “A partir de este momento, para mí ha cambiado todo. Después de un comienzo tranquilo, sin responsabilidades en carrera, debo comenzar a afrontar las pruebas con la intención de sufrir y luchar para coger ese punto de forma que quiero y que necesito para afrontar el Tour con garantías”, asegura Sastre.

En los últimos años, pocas veces ha repetido el mismo calendario pre-Tour. A veces Romandía, otras Dauphiné, otras Vuelta a Suiza, dos años incluso el Giro. Este año se ha decidido por Volta y Dauphiné. Y lo explica: “Todos los caminos te llevan a un mismo destino, la única diferencia es como los recorras. En este caso me he decidido por Volta y Dauphiné porque en la primera parte de la temporada ya he cubierto unas expectativas personales que me han dado la tranquilidad suficiente para poder tomar un pequeño descanso y de esta manera preparar el Tour con dos carreras que me gustan y que por diferentes circunstancias no había podido hacer. En esta ocasión las afronto de una manera muy diferente a las anteriores y con una buena base”.

Sabido es que Sastre nunca se pronuncia sobre teóricos favoritos y adversarios. Lo único que se atreve a analizar antes de una competición es su recorrido. “Es exigente, como cada año. En todas las etapas hay una parte en la que puede pasar algo y esto las hace atractivas de cara al público”, comenta. “Por otra parte, añade, introducir circuitos por donde pasamos varias veces anima al público a acercarse a la carretera a animar a los corredores”.

Sobre sus posibilidades en esta edición, prefiere no adelantar acontecimientos. “El recorrido es lo suficientemente duro como para ver cosas importantes. Por lo tanto, a priori sólo puedo pensar que me beneficia”.