Carlos Sastre ya está en tierras galas. El corredor de El Barraco se encuentra en las horas previas al comienzo de un Tour de Francia en el que la responsabilidad pesa sobre sus espaldas al llegar como uno de los candidatos a ganar la edición 2008.

El corredor abulense del CSC-Saxo Bank comienza el sábado en Brest (Bretaña) la carrera de ciclismo por etapas más prestigiosa del mundo, sin que haya un claro favorito al triunfo. De todos los participantes es el corredor que acumula más experiencia en la ronda gala y en general en las grandes pruebas, acreditando los resultados más regulares en la general. No en vano ha participado en siete Tour, seis Vueltas a España y tres Giros. En conjunto ha acabado entre los diez primeros en diez de ellas, con un total de tres podios: dos veces ha sido segundo en la Vuelta y una tercero en Tour, donde terminó cuarto el pasado año.

Si en otras ocasiones parecía que su intención no apuntaba a lo más alto del podio, en esta Sastre está convencido de poder hacerse con el maillot amarillo. “Voy a dar el máximo para aspirar a lo máximo”, dice en relación con “la carrera que siempre me ha motivado”. Desde que comenzó la temporada, todas sus actuaciones y entrenamientos han ido encaminados a preparar el Tour. Está “muy motivado y tranquilo” para conseguir su objetivo. Considera que con el rodaje efectuado en la Dauphiné Libéré, los entrenamientos que ha realizado estos días y la inspección in situ de las etapas alpinas, va a estar al cien por cien cuando comience la carrera.

No descarta el jefe de filas del CSC anotarse alguna etapa de montaña –ganó una en 2003- y apunta como preferida la de Alpe d’Huez. “Para estar arriba tendré que sacar tiempo en la montaña y defenderme en las contrarreloj” señala en relación con el recorrido, que le da más garantías de cara a tener mejores opciones a la victoria, “pero el Tour son 21 días, más de 3.000 km. y debes rendir al máximo en cada uno de ellos si quieres hacer algo importante”.

Respecto a posibles rivales, Carlos Sastre nombra a Cadel Evans, sin olvidar a Denis Menchov y Damiano Cunego. De Alejandro Valverde no se preocupa porque “siempre ha quedado detrás de mí en el Tour” y solo le inquietan “los que han acabado por delante”. Acerca de la ausencia del último vencedor, Alberto Contador, cree que se le echará de menos.

¿Quién sucederá a Contador?

La carrera se presenta totalmente abierta y sin un pronóstico claro. Son varios los corredores que pueden suceder a Alberto Contador, sin que ninguno destaque sobremanera sobre el resto de sus rivales. La mayoría de los expertos señalan el nombre del australiano Cadel Evans, que saldrá con el dorsal número uno y que fue segundo el pasado año.

El nombre del murciano Alejandro Valverde es otro de los que suenan con más fuerza, tras su actuación en la última Dauphiné Libéré y proclamarse campeón de España de fondo en carretera. Las dudas vendrán de si el corredor del Caisse d’Epargne va a mantenerse con fuerzas durante la última semana de carrera.

Otro candidato a la victoria es el ruso Denis Menchov, que ha centrado su temporada en la ronda gala. También sale a la palestra como posible ganador el italiano Damiano Cunego, al igual que su compatriota Danilo di Luca o el danés Andy Schleck, compañero de Sastre en el CSC.

De los 30 corredores españoles que estarán en Francia destacan además de Sastre y Valverde, el ganador del 2006, Óscar Pereiro y los Euskaltel Samuel Sánchez y Haimar Zubeldia.

El recorrido

La principal innovación en relación con años anteriores la encontramos en la eliminación del prólogo, poniendo en su lugar una etapa normal. En la cuarta jornada llegará la primera de las dos cronos incluidas en el recorrido, con meta en Cholet y solo 29 kilómetros de distancia, mientras que la segunda contrarreloj se disputará el penúltimo día, definiendo posiblemente los ocupantes del podio de París en 53 kilómetros de recorrido.

Los Pirineos tendrán como primeros puertos importantes Aspin y Peyresourde en la etapa del domingo 13 de julio. Al día siguiente se correrá la etapa reina del macizo pirenaico con el mítico Tourmalet de 17 kilómetros de ascensión continuada, con rampas mínimas del 9 por ciento, acometiendo después el final en el alto de Hautacam.

Con las piernas ya castigadas en la montaña y contando con cuatro etapas de transición, se llega a Los Alpes, donde seguramente se decidirá la carrera. Serán tres jornadas que se inician en Prato Nevoso para seguir al día siguiente con dos puertos: el Col de la Lombarda y el Col de la Bonette, que juntos suman 45 kilómetros de ascensión, con la segunda cima a cerca de tres mil metros de altitud. La última cita alpina es la considerada etapa reina del Tour 2008 con el Galibier, Croix de Fer y el final en Alpe d’Huez.