Patricia García/HERALDO DE SORIA

Inmerso ya en su calendario de competiciones y con la vista puesta en las tres grandes citas de este año –Giro de Italia, Tour de Francia y Mundial de Mendrisio (Suiza)-, Carlos Sastre hará un alto en el camino el día 22 de abril para recoger en Madrid por la mañana, de manos de los Reyes de España, la medalla de oro al mérito deportivo. Y por la tarde recibir en el nuevo Palacio de Congresos y Exposiciones de Ávila el Premio del Deporte Castilla y León 2008.

Nacido en Leganés (Madrid) en 1975, Sastre se siente abulense –se mudó a El Barraco con 18 años para lanzar su carrera como corredor en la escuela que dirige su padre, Víctor Sastre- y, por ello, asegura que es un honor recibir el galardón de Castilla y León, que le emociona porque llega desde su tierra.

En una ocasión ha planteado que 2008 fue un año muy importante en su carrera profesional, pero que 2009 puede serlo aún más, ¿qué espera de las competiciones de este año?

Espero llegar a ellas, y me refiero claro está a las que forman parte de mis objetivos, en las mejores condiciones posibles para poder disputarlas con las máximas garantías.

¿Se ve con opciones reales de ganar el Giro de Italia?

Me veo con ganas de hacerlo bien y con opciones de disputarlo. Ganar o no ya es otra cuestión. Y en ese sentido no me gusta aventurar nada.

Este año, partirá de Mónaco vistiendo de amarillo en el Tour de Francia, ¿qué espera de esta carrera?

El Tour es mi máximo objetivo desde hace muchos años y siempre espero lo mejor de esta carrera. Este año, el llevar el dorsal uno hará que todavía sea algo más especial para mí.

¿Piensa en la retirada? ¿A qué le gustaría dedicarse después?

No pienso demasiado en ella, pero está claro que cada vez está más cerca. No tengo pensado qué voy a hacer cuando deje la competición, pero desde luego nada que me obligue estar fuera de casa mucho tiempo. Quiero dedicarles todo el tiempo posible a mi mujer y a mis hijos.

Cuente qué tal le va con su nuevo equipo, el Cerveló, que parece diseñado a su justa medida...

De momento todo va bien. Solucionando los clásicos problemas de toda nueva estructura en sus inicios, pero bien. Se han consiguiendo buenos resultados muy pronto y en general estamos muy contentos de cómo están yendo las cosas en lo deportivo.

¿Qué perspectivas tiene para este año, en cuanto a lo deportivo?

A nivel personal, hacerlo bien en las tres citas importantes que me he marcado este año como objetivos Giro, Tour y Mundial.

Si brilla su palmarés deportivo, también destaca su actividad humanitaria. ¿De dónde saca el tiempo para colaborar con tantas ONG?

Si quieres, siempre encuentras tiempo. Y cuando es para ayudar a los más necesitados, no importa hacer algún esfuerzo.

Entre ellas hay organismos internacionales pero también de su ciudad, de Ávila, ¿qué le aportan estas colaboraciones? ¿De cuáles se siente más satisfecho?

Yo siempre siento que recibo más de lo que doy. Una sonrisa en la cara de un niño enfermo compensa cualquier cosa. Me siento satisfecho de todas ellas, pero especialmente de la Fundación Kinderkankerfonds, que ayuda a los niños con cáncer del Hospital Universitario de Gante. El trabajo con los chavales de la Fundación Provincial Víctor Sastre también me produce una gran satisfacción.

Parece que lleva el ciclismo metido en la sangre, desde sus inicios en la Escuela de su padre, Víctor Sastre. ¿Cómo ve la futura cantera de ciclistas de Castilla y León y de Ávila?

Es difícil hablar de futuros ciclistas. Pero lo incuestionable es que para que algún día surjan nuevos valores, hay que trabajar con gran cantidad de jóvenes, porque ya se sabe que muchos se quedan en el camino, bien porque se cansen, bien porque lo dejen por los estudios, por el trabajo o por otra disciplina deportiva. Lo importante es trabajar bien con la base y que ésta sea lo más amplia posible. Si se cumplen estas dos condiciones, la cantera seguirá dando buenos ciclistas.

¿Cuenta con suficiente respaldo este deporte?

Aunque las instituciones y las empresas no se portan mal con nuestra Fundación, la verdad es nunca es suficiente, porque las necesidades son muchas y cada vez se necesitan más medios y se elevan los presupuestos.

Este año le han llovido merecidos homenajes en Castilla y León: el Premio de los Deportes 2008, la Gala Regional del Deporte, la Gala Provincial del Deporte,... ¿es de los pocos afortunados que son profetas en su tierra? ¿Se siente apoyado?

Siempre me he sentido querido y respetado en mi tierra, pero este año las muestras de afecto, lógicamente, se han hecho más evidentes. De todas formas, los amigos de verdad siempre los he sentido cerca.

Ha tenido la oportunidad de viajar por todo el mundo, ¿qué le parece la Comunidad Autónoma en comparación con otros lugares?

El mundo es muy grande y hay muchos lugares maravillosos para vivir en él. Pero uno siempre siente algo especial cuando regresa a su tierra. Deben de ser las raíces, pero ya se sabe: como en casa, en ningún sitito.

A pesar de que se ha convertido en una estrella internacional del ciclismo, sigue viviendo en Ávila, ¿Qué le aporta la ciudad?

Paz y tranquilidad, y la posibilidad de poder entrenar por carreteras con poco tráfico cerca de mi casa. En Ávila lo tengo todo.

¿Qué le ha decidido para quedarse a vivir en Ávila?

No ha habido que decidir nada, porque mi mujer y yo nunca nos hemos cuestionado otra posibilidad.