Tras el susto que dieron a sus seguidores el último sábado, perdiendo durante gran parte del encuentro con la Universidad de Burgos, los abulenses repiten como locales recibiendo a una auténtica perita en dulce, el BM Iroko soriano, conjunto ascendido esta campaña en la que viene navegando por las profundidades de la tabla, donde es actualmente el farolillo rojo, con tan solo una victoria conseguida. El pasado fin de semana disputó dos partidos, el sábado ante el Aula Cultural de Valladolid y el domingo ante el Nava Caja Segovia. Ninguno de los dos se saldó con el triunfo de los de Soria. En el primero de ellos perdió por 8-37, un abultado resultado frente a un equipo vallisoletano bastante superior. En el segundo también cayó derrotado, por 23-38, ante un rival cuyo potencial teóricamente era más igualado, pero que ya al descanso les superaba por cinco goles de ventaja. El entrenador del Iroko terminó siendo expulsado y dos de sus jugadores acabaron lesionados, el extremo Antón y el lateral Arévalo.

Para Asisa no cabe pensar otra cosa que ganar su décimo encuentro de la temporada, pese a contar con bajas de jugadores lesionados como Mariano Pascual, Pablo Sendín o Álvaro Jiménez-Freile. Los que salgan a la cancha tienen el suficiente poderío que les da la confianza adquirida por la buena marcha del equipo. Con permiso del Iroko, la goleada es el resultado previsible a favor de Asisa en la tarde noche del sábado, para deleite de sus aficioandos que deben acudir en mayor número a San Antonio, donde podrán observar las evoluciones de un equipo en alza.