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El arranque de la temporada de caza menor ha estado marcado por la lluvia que, desde hace días, cae de forma persistente en toda la provincia. La mayoría de acotados abrirán la temporada el 22 de octubre mientras que algunos esperarán al día 29. El puente de los Santos suele ser aprovechado para cazar por muchos aficionados residentes fuera de los pueblos, incluso en otras comunidades, que en este día tan especial se reúnen con la familia en su lugar de origen.
La cantidad de agua caída en los últimos días ha conseguido anegar unos campos resecos hasta el punto de que caminar por las zonas aradas o sembradas resulta difícil. Las zonas sin labrar o las fincas donde no se han levantado las pajas son más transitables, pero el exceso de agua comienza a notarse y muchas zonas que ya aparecen encharcadas.
Y las impresiones que se obtuvieron en la media veda parecen confirmarse. Es cierto que la climatología adversa no permite constatar la auténtica realidad de las poblaciones de especies cinegéticas, pero son ya muchos los indicios de que nos encontramos ante un año normal de perdiz.
La liebre parece encontrarse en mejor situación. Sin ser un año excepcional sí se están viendo liebres lo que representa un cierto alivio para los cazadores. La incógnita sigue siendo si, las perdices que quedaron el pasado año, han criado bien, cuestión que parece confirmarse, y si las polladas iniciales no han sufrido bajas sensibles. Los aficionados que han salido al campo estos días para observar los bandos se han encontrado con una notable dificultad: la gran cantidad de buscadores de setas que invaden los baldíos y dispersan o asustan a los bandos de patirrojas.
En los acotados de media montaña la solución vendrá en parte con la entrada de perdiz chocha. Hasta la fecha esta entrada no se ha producido, pero con la llegada del frío comenzarán a cazarse las pitorras. Algunas migraciones de aves ya se están produciendo. Así los cormoranes que viajan en grandes bandos y que ya han entrado, incluso algunos nunca se han ido nidificando en zonas del interior. A ellos se unen las avefrías, y las palomas torcaces. Precisamente estas últimas han protagonizando muy buenas jornadas de caza en algunos acotados durante la media veda.
Pronto llegarán las arceas y algunos ánades procedentes del norte de Europa que serán bien recibidos siempre con el condicionante y la lógica precaución que puede representar el riesgo de gripe aviar.
Mejora el jabalí
La lluvia, sin embargo, ha resultado altamente beneficiosa para la caza del jabalí. Las últimas monterías están resultando bastante afortunadas pero también se han multiplicado los accidentes de tráfico protagonizados por «cochinos». La renovada Ley de Tráfico exime a los cotos de responsabilidad salvo cuando el accidente se produce durante el ejercicio de la caza. Esta nueva situación, que ha puesto lógica en una legislación que perjudicaba enormemente a los cotos de caza, está dando muchos quebraderos de cabeza, pues algunas sentencias interpretan la ley para seguir responsabilizando a los acotados. Las compañías de seguros no se esfuerzan para aclarar las situaciones.
Nadie sabe a qué atenerse y en el último mes han sido varios los accidentes cuyos daños están en el aire y los expedientes sin resolver. Las cacerías de jabalí, sin embargo, no han entrado todavía en su mejor época. Si cesasen las lluvias y el campo se secase se aceleraría la cosecha del maíz, que este año viene muy adelantado.
Con la llegada del frío y la nieve y la recogida de parte del maíz que conlleva el desalojo de los cochinos de las zonas inestables se producirán las mejores monterías, pero para que esto suceda falta faltan un par de meses.