El vehículo de Epsilon Euskadi del que formaba parte el piloto abulense Miguel Ángel de Castro no pudo finalizar las 24 horas de Le Mans por una avería en la caja de cambios. Era la cuarta vez que nuestro paisano se atrevía con la mayor prueba de resistencia del mundo y la cuarta que no terminaba la carrera.

Dentro de un proyecto totalmente español, el ee1 tenía como pilotos además de Miguel Ángel de Castro, a Ángel Burgueño y Adrián Vallés. El monoplaza presentaba una fuga de gasolina alrededor de la medianoche del sábado al domingo. Una avería que casi siempre supone el adiós en el 99 por ciento de los casos. No en éste. Cinco horas después, tras detectar donde estaba la fuga y repararla, el vehículo volvió a la pista.

El Epsilon de Miguel Ángel de Castro había salido del decimoséptimo lugar de la parrilla después de las sesiones de calificación. Una posición delantera para un vehículo debutante. El primero en coger el volante fue Ángel Burgueño que finalizaba decimotercero cuando daba los mandos a Miguel Ángel de Castro, dejándole en el puesto decimocuarto a Adrián Vallés, que cedería una posición en su conducción.

Los mencionados problemas de pérdida de gasolina llevaron al Epsilon Euskadi hasta las últimas posiciones. Poco después de las nueve de la mañana, fallaba la caja de cambios. El prototipo número veinte se detenía en mitad de la pista. A las 9:54 horas, con gesto de resignación, el jefe de equipo firmaba oficialmente el abandono del coche junto con el del segundo vehículo de la escudería por el mismo motivo, a tan sólo cinco horas del final de la prueba.

La marca vencedora de la edición 2008 de las 24 horas de Le Mans fue la alemana Audi, que con su piloto danés Tom Kristensen, sellaba su octavo triunfo, por delante del Peugeot del que formó equipo el español Marc Gené. Kristensen compartió volante con el británico Allan McNish y el italiano Rinaldo Capello. Gené iba acompañado del canadiense Jacques Villeneuve y el francés Nicolas Minassian. El tercer puesto del podio fue para otro Peugeot 908, en el que se turnaron el francés Franck Montagny, el austríaco Christian Klien y el brasileño Ricardo Zonta.