L a h i s t o r i a d e
N A D A
P r i m e r f r a g m e n t o .
- Es como pensar que no hubiera nada, nada de nada, e intentar imaginar la nada sabiendo que la imagen ya es algo y que eres tú, ¡eres! quien lo está sintiendo.
- Entiendo, parece como si pudiera imaginarlo.
- ¿Imaginas la nada?
- Sí. Hay varias formas. El problema está en la imagen, incluso no-imagen sería imagen, y dicen que la nada no puede ser de ningún modo. Debes imaginar sin imagen, hablar sin palabras, ver sin ojos.
- Entonces... tengo que... pensar... que... no hay objetos, ni personas ni plazas, ni...
- ... ni sustancia, luz alguna o noche, nada, absolutamente nada...
(Estuvieron largo tiempo mirando al cielo, mientras repetían la palabra nada, na-da, n - a - d - a, a D a, ... A DA ... perdidos, se encontraban a gusto en la desconsolada soledad de los amantes que se aman junto a la muerte vigilante, como animales vivos, comiendo ardor, bebiendo ardor y ansia, mordiéndose la sangre para probar el sabor de la vida, para gustar de la humedad caliente...).
F r a g m e n t o s e g u n d o .
En
un lejano pueblo agostado de la seca estepa castellana
reapareció tu pregunta, descolgada al andar de tus pasos como cuerpo inasible:
¿Nada? ¿Qué no es?
y entre los sufridos libros olvidados, estos versos de J. Manuel Bonet (Café des exilés), que nos dejaban suspensos,
todavía ardiendo en presencia.
Ahora son los versos letanía al contemplar este silencio, silencio profundo que convirtió mis ansias en rescoldos ya esparcidos por el suelo, una letanía que reaparece, no como tormenta que nos hunde en el dolor de la derrota y la pérdida, sino como atormentada sangre que palpita.
N A D A
Nada, en esta tarde tan vaga,
me distrae de tu recuerdo.
Nada me gustaría tanto
como decirte al oído
las cosas que yo te haría
vagamente esta tarde.
J. Manuel Bonet (Café des exilés)
Como siempre la distancia deforma la visión. La tarde no fue tarde, no hubo siquiera recuerdo que traer al disco vago de la memoria. Solo el deseo es cierto.
[continua]