Palabras por el Centenario de Platero y yo (1ª edición)
En
este año 2014 se cumplen 100 AÑOS de la primera edición (Platero menor,
editorial La lectura, 1914, en una colección juvenil) del que debemos
considerar el LIBRO MÁS IMPORTANTE DE LA LITERATURA ESPAÑOLA DEL SIGLO
XX, TANTO POR SU VALOR ESTÉTICO INTRÍNSECO COMO POR SU DIFUSIÓN E
INFLUENCIA (en castellano y traducido a más de 40 lenguas, fuera de
nuestras fronteras).La segunda edición, edición completa, del libro, debió esperar sin embargo hasta 1917 (ed. Calleja). Supone
este libro en primer lugar la introducción del poema en prosa en
castellano, tentativa moderna de una calidad no superada en sus matices.
"¡Qué encanto este de las imaginaciones de la niñez, Platero, que yo no
sé si tú tienes o has tenido! Todo va y viene, en trueques deleitosos;
se mira todo y no se ve, más que como estampa momentánea de la
fantasía... Y anda uno semiciego, mirando tanto adentro como afuera,
volcando a veces, en la sombra del alma la carga de las imágenes de la
vida, o abriendo al sol, como una flor cierta, y poniéndola en una
orilla verdadera, la poesía, que luego nunca más se encuentra, del alma
iluminada". ('El arroyo', LXVII).
Curiosidades del destino (la voluntad nunca es bastante),
fue la primera edición -todavía hoy día profusamente reeditada- la más
conocida y difundida de las dos (en ediciones piratas y de todo tipo, en
España e Hispanoamérica). Así, lla belleza de las prosas del Platero y yo
completo se olvida fácilmente con los libros de la escuela. Y no siendo
un libro "para niños", queda relegado (en su éxito) a la soledad del
público infantil. Sí es, ciertamente, un
libro sobre niños (el niño JRJ y sus recuerdos, que vive o aparece en
esas páginas; los niños y niñas que pasan y mueren en ellas), sobre
animales tan maltratados en muchos de nuestros pueblos (el burro, el
canario -que al fin, a la segunda, muere-, la cabra, la perra "parida",
el perro "sarnoso", y muchas otras "bestias"). Y, a pesar de la soledad
del poeta, solo compartida con su oyente mudo, es un libro lleno de toda
la completa humanidad en la naturaleza misma, de hombres (anónimos y
conocidos, como don José el Cura o el médico Darbón) y de
mujeres (Antonia, Camila, su madre, la novia...). Estos son los seres
vivos; los que viven y, por ende, los que van a morir, y mueren en el
libro. Como
Platero burro "hinchado como el mundo". Como todo lo vivo, todo se muere.El tema fundamental
de Platero y yo es, qué duda cabe, la aceptación de la muerte
(¿dónde queda pues el trauma de la muerte de su padre a esas alturas?),
la convivencia cotidiana con la muerte, cumplimiento de la vida y
fenómeno natural que, sin embargo, se nos escapa (como mariposa-psique
que trasciende al cuerpo del Platero muerto).Visto esto, es bueno subrayar que, frente a lo que muchos creen, Platero y yo no es un libro para niños.
Existen, sí, dos ediciones, una completa (para niños, adultos y viejos)
y otra seleccionada e "histórica" (que JRJ achacó a su editor) que ha
servido y sirve de "libro escolar y lectura infantil". Sea así pues,
completo para todos, y seleccionado para los niños y las niñas. Pero sinceramente, y rompiendo una y dos lanzas por la afirmación de JUAN RAMÓN ("el niño puede leer los libros que lee el hombre"),
el libro pierde al quitarle el erotismo, la carga macabra o los asuntos
"serios" que caracterizan a los textos no publicados en la edición
"menor". Tampoco las implicaciones éticas de la vida y de la conducta
que se derivan del conjunto se aprecian del mismo modo en esta versión
"deturpada". Aún a pesar de su autor y de mí mismo, Platero
es, "también" -como dijo Álvarez Ortega en el prólogo a la edición de
Aguilar de 1981- "una de las mejores obras de la literatura infantil".
Pero de nuevo, el PLatero completo, pues no hay por qué escatimar a
niños o adolescentes ningún aspecto de la vida completa observada por
Juan Ramón como él mismo afirmó. En este sentido es un libro para niños
(que no comprenderán todo ni tanto vocabulario como tiene sin ayuda de
un adulto pero que aprenderán a cambio la humanidad, la amistad, la
ética, el respeto a los seres vivos, la solidaridad con los
desfavorecidos....). Después de todo Platero y yo es, sobre
todo, un grandísimo libro de poesía, que los viejos y abultos (perdón,
adultos), deberian leer con más asiduidad (o releer, si es este el
caso). En reciente vuelo a Londres, empecé una relectura con
ánimo de hacerla relajada y completa, como "lectura ligera"; sin embargo
no pude pasar de 'La fantasma', abrumado por la infinidad de
sugerencias e ideas y todas las sensaciones que había recibido (desde el
malestar de 'La Miga' con su condena del autoritarismo en la escuela a
las reflexiones políticas -'que Judas es hoy el diputado'- o el abierto
erotismo de 'Las brevas', 'Ángelus', 'La fantasma', y la precisión
expresionista de 'El niño tonto'. Solo estos pocos ejemplos, tomados de
esos 18 primeros poemas, son suficiente muestra de la humanidad y la
verdadera conciencia de JRJ sobre tantos temas... que encontramos en las
138 prosas del libro.Pero es así, a pesar seguramente de estas y
otras opiniones, como a una Alicia animalizada, le ha sucedido a
Platero lo mismo que al personaje de Lewis Carrol. Las burlas estúpidas de
Buñuel et allii (que sí, que tenían gracia, pero tú imagínate al
pobre Juan Ramón a ya altas horas contestando al teléfono y escuchando
al otro lado a un Rafael que le rebuzna no sé qué lindezas, qué gracia
tendría aquello) y la recepción "infantilista" del libro no han permitido, en la generalidad, una comprensión de su importancia y su valía. Que estas palabras sirvan siquiera... para que tú "lo oigas". Carlos León Liquete, mayo de 2014.
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