Ainara Hernando/CICLISMO A FONDO

Desplazado. "De manera descarada", así describe Carlos Sastre su caminar por el Tour desde que se colgó el dorsal número uno en Mónaco para lucir y buscar la revalida de su victoria en 2008. Dice el abulense que no se siente respetado "ni por el Tour ni por la prensa". A la organización de la ronda gala le tira de las orejas desde que en la misma salida de Mónaco le impidió saltar a la contrarreloj que abría la carrera con el maillot amarillo acreditativo de su triunfo en la anterior edición. Normas estrictas. Ha sido el primero en cumplirlas desde que Landis ensuciara el maillot amarillo en los Campos Elíseos y ningún otro ganador del Tour anterior al que buscaba repetir triunfo pudiera competir (Pereiro no tuvo reconocido su triunfo y a Contador le vetaron en 2008). Por eso Sastre fue el primero en sufrirlas. Pero no se queda ahí la rabia del abulense. "No me han tratado como debían, ni la organización ni la prensa". Se dirigió a los medios después. Con todo directo. Severo.

"Los medios pasan de informar a valorar, se juzga a la gente sin conocerla, se especula con muchas cosas. Desde Mónaco sentí, no un complot, pero sí una situación como si no quisierais que ganara el Tour, sobre todo por parte de algunos corredores". Volvió a atacar a la prensa, señalando que "creasteis una polémica entre dos corredores apartando al resto. Ya tenéis la carrera que queríais. Estoy a la sombra. El Tour quiere una batalla entre dos apartando al resto. Si la carrera es aburrida es por lo que se ha generado alrededor, no es una carrera abierta".

Aseguró que, si los medios de comunicación estaban presentes en el Tour de Francia "es porque hay interés. Cuando no hay respeto hacia algunos corredores, como es mi caso, merezco más respeto del que me han dado. Ahora puedo hacer lo que me apetece encima de la bici, nadie me ha regalado nada ni estoy aquí para complacer a nadie". A pesar de ello, Sastre deja claro que sigue con la motivación alta. "No es que me quitarais la ilusión, pero me habéis apartado de la carrera de manera descarada".

Especula con que "si en Verbier subo de los primeros y salto tras Contador se hubiera dicho que estaba boicoteando el Tour a un español. Yo no estoy para perjudicar a nadie. Aprendí bastante de lo que ocurrió en 2006 con el Caisse d'Epargne", dice. Allí se le señaló con el dedo por no colaborar en la escapada que a la postre sirvió a Óscar Pereiro para ganar el Tour. Ahora, tres años después, asegura que la prensa tiene "un ídolo que habéis creado. Es un gran corredor, es lo que queréis y ya lo tenéis", y manda deberes para que, "quien haya metido la carrera en el aburrimiento que la saque. Al principio se me trató muy mal. Ahora hago lo que me apetece con la bici, dentro y fuera".

Respecto a la propia carrera, en la que ocupa la undécima plaza de la general, a casi cuatro minutos de Alberto Contador, afirma Sastre que "no tiro la toalla ni estoy resignado. Buscaré la victoria en el Mont Ventoux. El 9 de septiembre se celebra un evento en el Ventoux para recaudar fondos contra el cáncer, iniciativa que viene de Holanda y es una cosa que me hace ilusión".