Rey celestial, Consolador, Espíritu de la Verdad, que estás presente en todas partes y lo llenas
todo, Tesoro de todo bien y fuente de vida, Ven y haz de nosotros tu morada, purifícanos de
toda mancha y salva nuestras almas, Tú que eres bueno. (Oración de la liturgia bizantina)
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