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TERCERA SEMANA
CONVERTÍOS A JESÚS
(Esto es un resumen, si quieres la charla completa en pdf, activa aquí)
El querer cambiar nuestra vida, ser buenos, ser mejores, siempre lo hemos intentado desde nosotros mismos, desde el esfuerzo de nuestra voluntad, mediante sacrificios, propósitos y obligaciones. El resultado de tanto esfuerzo, por lo general, ha sido nulo y apenas nos quedan ganas de reintentarlo.
Sin embargo, la conversión es a Jesucristo, no a las buenas obras. La conversión es obra de la gracia, la va a realizar el Espíritu de Jesucristo; él es el que renueva las cosas, él es el santificador. Aprende a escuchar al Espíritu Santo.
Hechos 2, 37-41
Dice la gente: “¿qué hemos de hacer, hermanos?”Pedro responde: “convertíos y bautizaos en el nombre de Jesucristo”. Convertirse, significa sumergirse, entrar en la onda de Jesucristo que es el Señor, dejarse hacer por él. Dios le ha dado toda la sabiduría, el conocimiento y el amor para saber lo que debe de hacer contigo. Entrégate a él y te verás colmado.
Lecturas de la Biblia que nos ayudan profundizar en esta meditación.
Mateo 9, 1-8
Ánimo, el Señor no sólo te ha perdonado sino que pronto cogerás tu camilla y echarás a andar. Para andar sin extraviarse son necesarios los otros, la comunidad. Ya puedes empezar a caminar en comunidad porque te han sido regalado unos hermanos, a los que no conocías, que te ayudarán a perseverar junto a Jesús y a orar y alabar a Dios.
Efesios 4, 17-32
Pablo nos invita a a despojarnos del hombre viejo, el del pecado y el egoísmo, que hay dentro de nosotros. Nos estimula a renovar nuestra mentalidad y a revestirnos del hombre nuevo creado según Dios.
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