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JOSÉ MAMUEL. SALVATIERRA

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¡VIVE Y...DEJA VIVIR!

 

La sabia filosofía popular, con sus múltiples sentencias, axiomas y lemas, nos enseña cantidad de conocimientos y pautas de conducta, que pueden resultarnos muy útiles a lo largo y ancho de nuestra vida. Una de esas frases populares que se nos dicho y repetido más de una vez, como un lema de vital importancia, es la de: "Vivey deja vivir". Dicho de otra manera, "Vive y deja que los otros vivan ". Con ello se nos quiere inculcar que lo más importante en la vida es "Vivir" y, a la vez, permitir que las otras personas también puedan vivir. Vivir es algo más que un deseo natural, es una obligación personal. Y se considera que, quien así hace y se comporta en la vida, "quien vive y deja vivir ", es una persona buena, sensata y honesta, que actúa adecuadamente, tanto desde el punto de vista personal como con relación a las otras personas. Este lema viene a ser un "desiderátum conductual", al que se debe aspirar siempre: "Vivey deja vivir". Por regla general, a todos nos parece muy buena esa recomendación y esa pauta de conducta.

Aun siendo esto verdad, hemos de reconocer que son demasiados los que entienden ese lema en un sentido negativo. Algo así como: "Tú vive y no te preocupes para nada de la vida ajena". Olvídate de los otros y déjales que vivan como quieran o puedan. No te preocupes para nada de ellos; no te entrometas, ni te inmiscuyas en su vida. Entienden el "Vive y deja vivir" en su aspecto más negativo de individualismo indiferente, excluyente e insolidario con los demás. Tú vive y no te preocupes para nada de los demás. Tú vive lo mejor que puedas tu propia vida, disfruta a tope de la vida y, por favor, no pienses en los otros, no les molestes, déjales que vivan a su aire y manera. A tí no debe importarte cuál sea su forma de vivir ni de entender la vida, ni deben preocuparte lo más mínimo sus condiciones de vida, sean buenas, malas o pésimas. Déjales en paz. "Tú vive", que con eso ya tienes suficiente y bastante.

Somos muchos, en cambio, los que no compartimos para nada esta tan cutre interpretación del "Vive y deja vivir". Nos parece muy negativa, egoísta e insolidaria. Vemos en esa forma de pensar una indiferencia individualista, muy contraria a un espíritu de mirada positiva ante la vida, que no sólo goza o sufre con los avatares de la propia existencia, sino también con las condiciones de bienestar o malestar de la vida ajena. La interpretación más correcta del lema es: "Vive y ayuda a vivir". Es lo mismo que reza el lema, pero entendido en su aspecto positivo, más humano y solidario. Si un@ vive y vive lo mejor posible, no puede ser feliz ni quedarse tranquil@ viendo tantas necesidades ajenas y permaneciendo impasible e insensible hacia ellas. Hay que ser muy dur@s de corazón para no ablandarse y sensibilizarse un poco ante tantas miserias humanas que, a diario, vemos o conocemos. Por tanto, "¡Vive y ayuda a vivir"!. "Haz el bien y no mires a quién". Sólo así podremos ser, en plenitud y de verdad, "un ser humano".

 

José Manuel Salvatierra

 

 

ABUR ESTADO DE BIENESTAR

 

La especulación financiera es uno de los pilares fundamentales del sistema neo-liberal capitalista. Y toda especulación implica y conlleva riesgos, que pueden desembocar en crisis económicas. La sabia filosofía popular siempre nos ha enseñado que "Za avaricia rompe el saco". Por culpa de esa especulación,' ahora estamos padeciendo la mayor crisis económica de la historia. Y cada vez que se produce una crisis económica se pone en entredicho la viabilidad del Estado de bienestar. En tiempos de crisis hay que adoptar medidas de ajuste y se emplea el argumento de que los recursos son escasos, para tomar medidas que repercuten negativamente en el Estado de bienestar. Y quizá no debiera ser así porque, en las sociedades económicamente desarrolladas y democráticas, a la hora de gestionar los recursos, lo importante es determinar bien cuáles son las auténticas prioridades presupuestarias. Para muchas personas, no resulta comprensible ni justificable que se pretenda remediar la ruina, generada sobre todo por una nefasta gestión política y financiera, recortando sueldos de personal sanitario, minorando las condiciones laborales de profesores y maestros, demorando el pago de medicamentos a farmacias o congelando las pensiones de los jubilados. Se entendería mejor que se empezara por exigir más a los ricos que se llevan los dineros y no pagan al fisco y por suprimir todo lo que es gasto innecesario, como: las prebendas políticas, las "embajadas" para nada, los costes de unas televisiones públicas deficitarias y los de unas empresas públicas y de unos asesores políticos inútiles, las subvenciones de dudosa finalidad, y otros muchos dineros públicos ineficaces, cuya cuantía supera con creces a lo que se pueda conseguir con esos "tijeretazos" al Estado de bienestar.

El dinero público es sagrado y debe ser gestionado con cordura e inteligencia. No puede ser gastado de cualquier manera o "regalado" por intereses partidistas, como se ha hecho en estos últimos años. Debe realizarse un ejercicio de gestión honrada, austera y eficiente. Ha de realizarse una redistribución presupuestaria inteligente para lo que de verdad importa y para ayudar a quienes realmente lo necesitan y sólo cuando lo precisen. Verdad es que antes es preciso dinamizar la actividad económica, ya que la atonía y la recesión sólo conducen a la ruina y á la quiebra de los países. Si el Estado tiene la obligación de atender determinadas necesidades de los ciudadanos en los distintos momentos de su vida, el Estado tiene también la obligación de controlar bien esos recursos sociales y no concederlos demagógicamente, sin escrúpulos y de manera farisaica, por electoralismo o por favoritismos políticos. Las subvenciones otorgadas más por paternalismo que por solidaridad o por inconfesables intereses políticos, socialmente no sirven para nada bueno, salvo para vaciar las arcas públicas o lograr un puñado de votos cautivos. Las entidades favorecidas jamás serán autónomas y eficaces, sino políticamente sometidas. Y, a su vez, los ciudadanos que puedan percibir subvenciones de dudosa legalidad o poco justificables nunca llegarán a desarrollarse plenamente por su trabajo y esfuerzo. Hay que gestionar mejor y estimular la actividad, para que no tengamos que gritar: "Abur, Estado de bienestar".

 

        José Manuel Salvatierra.-

 

 

ESTADO DE BIENESTAR PARA  TODOS

 

Por "Estado de bienestar" entendemos un conjunto legal de medidas sociales, económicas y laborales, ideado en países capitalistas para mejorar las condiciones de vida de las clases trabajadoras. Para estas clases, el sistema socio-político vigente ha establecido una Educación pública y una Asistencia sanitaria gratuitas o cuasi-gratuitas, según los países. Ha creado una Seguridad Social con un montón de prestaciones económicas para cubrir y atender distintas necesidades personales. Y. por último, ha regulado y estipulado muy variadas ayudas y subsidios que amparan y protegen muchas contingencias sociales que puedan surgir y afectar a un trabajador/a a lo largo de su vida. La invención del Estado de bienestar resulta, por tanto, una conquista y una concesión de protección social ante las exigencias planteadas por l@s trabajador@s del mundo teóricamente más rico. Y digo "teóricamente más rico ", porque, actualmente, la economía de algunos países emergentes es ya superior, o va camino de serlo, a la del

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En nuestro mundo globalizado, el "Estado de bienestar" ampara sólo a las personas trabajadoras de los países del mal llamado "primer mundo". L@s trabajador@s de los países capitalistas somos unos privilegiados, si comparamos nuestra condiciones socio-laborales con la situación de aquellas personas que tienen la "suerte" de vivir en países menos desarrollados económica y/o socialmente. Porque el Estado de bienestar no existe para nada en la mayoría de los países del mundo. Es la triste, injusta e inaceptable realidad. La mayoría de los seres humanos ni han oído hablar de esa, para ellos, quimera del bienestar. Para ellos es un sueño, una utopía inalcanzable. Los pobres de este mundo, por así decir, no tienen derecho a nada. Solamente a ser explotados y esclavizados ya desde niños. Y esto es una injusticia tan inhumana como manifiesta. Lo más patético es que nuestros sindicatos, que tanto alardean de solidaridad, no se manifiestan por las calles para protestar enérgicamente ante tan injusta realidad, de la misma manera que lo hacen por otras de sus reivindicaciones.

Durante la campaña electoral del pasado Noviembre-2011, se hicieron muchas alusiones a los ajustes que deberá adoptar el nuevo Gobierno central, nacido de las elecciones. Algún candidato de los políticos en liza, para amedrentar a los electores, se permitió augurar que, si resultaba ganador un determinado Partido, los ajustes y recortes iban a afectar seriamente al "Estado de bienestar". Pero ningún político dijo ni pío contra la injusticia que supone nuestro Estado de bienestar por su inexistencia en la mayoría de los pueblos. Ninguno prometió hacer algo para remediar tan injusta desigualdad. Y nadie ha levantado la voz para reprochar a los políticos tan culpable silencio. Luego nos quejamos de que, con la crisis, nuestro Estado de bienestar pueda ver mermados parte de sus beneficios. Todos los Estados, hasta los más avanzados en esta materia, como Suecia, han tenido que bajar el listón del bienestar. Hay que reclamar "bienestar para todos", aunque para ello sea preciso limitar y rebajar algo nuestro propio bienestar.

José Manuel Salvatierra

 

 

CRISTIANISMO VERSUS CAPITAL

 

JESÚS de Nazaret nació en el seno de una familia judía humilde y pobre. En la festividad de Navidad, el 25 de Diciembre, los cristianos celebramos que el Hijo de Dios nace y se hace hombre como nosotros. Y, aun cuando hubiera podido nacer y vivir en un lujoso palacio, rodeado de riquezas, Jesús quiso nacer y vivir pobre y ser hijo de unos padres (María y José) que eran unos pobres campesinos. Jesús de Nazaret pasó toda su vida haciendo el bien y anunciando a todos la Buena nueva o Evangelio del Reino de Dios: reino de amor y justicia, reino de paz y de misericordia, en el que los pobres van a ser los primeros. A juzgar por lo que Jesús nos dice, en el Evangelio, puede afirmarse con rotundidad que el mensaje del Evangelio es antagónico a la filosofía del capitalismo neoliberal imperante. Por ende, el cristianismo es o debe ser esencialmente contrario al capitalismo radical globalizado. No puede entenderse muy bien cómo ha sido posible que un sistema económico, que cada vez enriquece más a unos cuantos ricos y empobrece cada día más a los pobres y aumenta su número, haya podido surgir en países teóricamente cristianos.

En la primera de las bienaventuranzas Jesús pregona: "Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de Dios" (Mt. 5,3). Los pobres son, sin duda, los preferidos de Jesús. Por contra, es muy severo con los ricos: "¡Ay de vosotros, ricos, porque habéis recibido vuestro consuelo! (recompensa)" (Le. 6,24). Lo que Jesús condena es la acumulación de riquezas y la falta de auténtica solidaridad. "Insensato,... (cuando mueras) lo acumulado, ¿para quién será?... El que atesora para sí, no es rico ante Dios". (Le. 12, 16-21). Es la misma perspectiva del juicio final: "Zo que hicisteis (o dejasteis de hacer) a estos mis hermanos menores, a mí me lo hicisteis (o dejasteis de hacer)" (Mt. 25, 31-45). "Nadie puede servir a dos señores... No podéis servir a Dios y al dinero", afirmará con rotundidad Jesús (Mt. 6,24 y Le. 16,13). Por eso, Jesús nos asegura que "Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de los cielos" (Mt. 19, 23-24; Me. 10, 25 y Le. 18,24-25).

En la Ia carta a Timoteo, atribuida a S. Pablo, se escribe: "Nosotros nada hemos traído al mundo y nada podemos llevarnos de él. Mientras tengamos comida y vestido, contentémonos con eso. Los que quieren enriquecerse caen... en la ruina y en la perdición. Porque la raíz de todos los males es el afán de dinero" (1 Tim. 6, 6-10). La Tradición Cristiana de los primeros siglos viene a afirmar que "Dios nos ha dado los bienes no en propiedad, sino en la facultad de uso y sólo hasta lo necesario". "Es absurdo que uno viva entre deleites, mientras los más están en la miseria". Así se expresa S. Clemente de Alejandría (s.II) y en el mismo sentido hablan todos los Padres de la Tradición Cristiana. En línea con lo aconsejado por S. Pablo a Timoteo, pueden distinguirse tres posibilidades: la riqueza y el lujo; la suficiencia de bienes (la autarquía de S. Pablo a Timoteo) y la miseria. Lo cristiano es luchar contra los dos extremos, por un mundo mejor y más justo, con autarquía o suficiencia solidaría para todos.

 

José Manuel Salvatierra.-

 

 

RECORTES Y REFORMAS

 

El 20 de Noviembre pasado, los ciudadanos fuimos llamados a elegir a nuestros ¿representantes1? políticos. La mayoría ciudadana cumplimos, pero lo hicimos con mucha desgana, porque no nos gusta el actual sistema electoral de listas cerradas, muy poco democrático. Como siempre, la campaña electoral ha estado plagada de palabras bonitas y de promesas embaucadoras. Es de reconocer que lo de hablar se les da muy bien a nuestros políticos. A mí me recuerdan a aquellos antiguos charlatanes, que, por dos pesetas, te vendían en las plazas una fruslería cualquiera. ¿Os acordáis de ellos?. Eso me parecen nuestros flamantes políticos: unos charlatanes.

Si alguno piensa que los males económicos de España se van a solventar con el desalojo de La Moncloa de un R. Zapatero, de triste memoria, y su relevo por otro político, está muy equivocado. El nuevo Presidente del Gobierno deberá enderezar nuestra economía y, para ello, habrá de tomar medidas muy impopulares que van a molestar a todos, sin distinción: a los ricos poderosos y a los pobres paganinis de siempre. Sacar a España del pozo económico, en que estamos sumergidos exige aprobar unas medidas de recortes y reformas muy duras, tendentes a solucionar nuestros problemas productivos y financieros, a corto y largo plazo. Sólo así se podrá evitar la suspensión de pagos y podrá convertirnos en una economía fiable, en la qué los inversores, tanto nacionales como extranjeros, puedan generar riqueza.

Me permito apuntar algunos de los muchos recortes y reformas que, a mi parco juicio, habrían de afrontarse y que no se tomarán. Pocos y pensados recortes en Sanidad y Educación, que, eso sí, deberán ser mejor dirigidas y gestionadas por profesionales y no por amiguetes políticos. Grandes tijeretazos a nivel político y sindical. Adiós al Senado y a su recua de senadores. En el Congreso, la mitad de diputados es suficiente. Recortes de prebendas y privilegios a cargos públicos. Desaparición de empresas públicas, ineficaces e ineficientes. Disminución de diputaciones, alcaldías y correspondientes diputados, junteros, concejales y otros ganapanes; como los innecesarios asesores. Supresión de subvenciones a partidos políticos, grupos sindicales y otros similares. Rebaja de la factura eléctrica, con supresión de las primas a centrales renovables. Etc.

Y muchas reformas, empezando por los propios partidos políticos, para que, quienes nos gobiernen o participen en Instituciones públicas, actúen mejor como representantes de sus electores y no sólo de manera partidista. Cambios en el sistema judicial para despolitizarlo. Reforma de los Sindicatos, con desaparición de los liberados a cargo de las empresas. Nueva cultura laboral, reconociendo el derecho fundamental al trabajo y así, quien no tenga trabajo o cese en su puesto laboral, tenga reconocido el derecho a una prestación social, no por desempleo, sino por contraprestación de un trabajo social sustitutivo, hasta hallar un trabajo más adecuado, o por cursos efectivos de formación. Regularización urgente del sistema financiero e impedir que en las entidades bancarias se produzcan desmanes y desfalcos. En suma, necesitamos una Administración Pública reducida, eficiente y austera en el gasto. Menos jefes y más indios.

José Manuel Salvatierra.- 

 

 

 

REHABILITACIÓN DE VIVIENDAS

 

El "boom" inmobiliario, de infeliz memoria, a finales del siglo 20 e inicios del s. 21, ha logrado que todas o casi todas las ciudades del suelo hispánico, empezando por nuestra Vitoria-Gasteiz (la flamante "green capital europea 2012 "), hayan visto cómo crecían sus extensiones urbanas, con nuevos y amplios barrios periféricos. Al acercarnos a cualquiera de nuestras ciudades, lo primero que vemos a primera vista son grandes urbanizaciones de nuevos edificios de viviendas. Lo normal es que se trate de edificaciones construidas sobre amplios espacios, con una estética arquitectónica fría, lineal, excesivamente funcional y, a veces, colorista. Casas a las que algunos denominamos "casas colmena". Todo hace pensar que se trata de obras de arquitectura cuyo diseño ha sido más el fruto de un programa informático, que el proyecto concienzudamente estudiado por unos técnicos de ingeniería y de arquitectura.

Con estos nuevos barrios urbanos, de modernas urbanizaciones, las ciudades han perdido algo o mucho de su "pedigrF, es decir, se han ido dejando por el camino algo de aquello que las caracterizaba y distinguía a unas de otras y que venía a constituir su peculiar atractivo histórico-cultural. Ese "algo" que las define como tal ciudad y la distingue e identifica. Los promotores y constructores inmobiliarios se empecinaron en levantar nuevos edificios de viviendas, pensando sólo en que la venta les acarrearía pingües beneficios económicos. Como siempre, "Todo por la pasta" y "Poderoso caballero es don dinero". Al desinflarse la "burbuja inmobiliaria", el "inocente" ladrillo -¿qué culpa tenía él?- se vino abajo y nos ha dejado un pesado lastre, que nos ha llevado a la más grave recesión económica de la historia, en la que sólo se benefician los mangantes mercados financieros y quienes los componen y alimentan.

Nuevas edificaciones en el entorno periférico y, al adentrarnos en las zonas de la ciudad que podríamos catalogar como tradicionales: las partes históricas con sus primeros ensanches urbanos, nos invade una gran pena y tristeza. Son muchos, para mí demasiados, los edificios de casas en mal estado, con miradores desvencijados y unas fachadas para llorar de pena, que hallamos por doquier. Y si así está el exterior, ¿cómo estarán por dentro?. Muchos ciudadanos, simples callejeros urbanos, pensamos con razón que los responsables políticos de turno han dejado constancia de su desinterés por rehabilitar, revitalizar y, de paso, revalorizar los edificios de viviendas, revaluando y embelleciendo así la propia ciudad. A su vez, las inmobiliarias y constructoras, con su nulo interés por rehabilitar viviendas envejecidas del casco tradicional de la ciudad, están perdiendo la oportunidad de mantener en pie su propia supervivencia empresarial y de crear puestos de trabajo. Mientras en otras economías del entorno, la rehabilitación tiene un peso superior al de la obra nueva, en el nuestro no ha llegado nunca al 25% del total. La rehabilitación incrementa el valor del patrimonio inmobiliario público y privado. Garantiza la seguridad y la salubridad de los edificios. Optimiza la calidad de vida de sus ocupantes. Alarga la vida útil de los edificios y embellece y mantiene atractiva la ciudad. Es argente el reto de la Rehabilitación.

José Manuel Salvatierra.-

 

 

EJEMPLO ANTICRISIS DE ISLANDIA

 

El mundo está convulsionado por la catastrófica crisis económica que nos azota. Sus efectos han llegado hasta el último rincón del planeta. Millones de parados en el mundo han pasado a engrosar las filas de la economía sumergida. Crece sin parar el número de familias embargadas y arruinadas. Países del Norte se han visto obligados a someterse a las órdenes y disciplina del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, con duras consecuencias para sus ciudadanos. Y otros, de alguna manera, también lo estamos padeciendo. El horizonte no es nada halagüeño. En los primeros días del actual Septiembre, jerifaltes del FMI y del BM nos acaban de alertar de una posible segunda recesión económica mundial. Y, "cuando el río suena... ". En nuestros lares patrios, los dos grandes partidos políticos se han sacado de la chistera, en el teatro del Congreso y del inútil Senado, la primera y única reforma de la Constitución para contener el déficit de las arcas públicas. El panorama es desolador.

Esta crisis nos ha planteado a muchos una incertidumbre y un sinfín de interrogantes. Si el mundo ha sido víctima de manejos financieros delictivos, temerarios y especulativos, ¿porqué no han pagado por ello sus responsables?. ¿Quiénes son los sirvengüenzas que nos han timado y esquilmado?. ¿Quiénes son los que están detrás o dentro y conforman los mercados financieros?. Porque, ¿habrá personas de carne y hueso, digo yo?. Quisiéramos saber sus nombres y pedimos que los tribunales de justicia, si es que ésta existe, los ponga a todos a buen recaudo y los deje "en pelotas", como vulgarmente se dice, si se lo merecen. Da la impresión de que nadie, incluidos los gobiernos de los Estados, se atreve a darnos los nombres y apellidos de esa pandilla de magnates-mangantes de guantes blancos. ¿De verdad, son tan poderosos como para no ser posible dar sus nombres?. ¿Son tan intocables y peligrosos?. ¿Son seres humanos o han venido de otro planeta a saquearnos?. Y, ¿porqué no se regulan de una puñetera vez esos asquerosos mercados financieros?. Los interrogantes se amontonan.

Se ha dado una excepción en este silencio sepulcral, aunque ha aparecido muy poco en los medios de comunicación, sometidos a poderes fácticos. A finales del 2008, tras años de euforia especulativa, el conjunto de las deudas bancarias de Islandia llegó a equivaler varias veces su PIB y llevó al país a la bancarrota. El gobierno, siguiendo el guión pautado, acudió a FMI. Pero, no contaron con la reacción de todo el pueblo soberano. El pueblo hizo dimitir al gobierno entero, se nacionalizaron los bancos y se decidió en referéndum de marzo de 2010 -con un 93% de los votos a favor- no pagar la deuda que los bancos y el gobierno habían generado. Y, en noviembre de 2010, se ha creado una asamblea popular, formada por 25 ciudadanos sin filiación política, para reformar y reescribir su Constitución. Los gobernantes y los banqueros, abucheados en las calles y con pintadas por doquier, tuvieron que huir del país. Y una parte de ellos ha dado ya con sus huesos en la cárcel, que es donde debieran estar todos los que, de una manera u otra, son causantes y beneficiarios de esta crisis global. Donde imperan los mercados, la democracia no es posible.

José Manuel Salvatierra.-

 

 

HOGAR DULCE HOGAR

 

La posesión en propiedad o, al menos, la tenencia en alquiler de una vivienda digna, es uno de los objetivos primordiales en la vida de cualquier persona mayor de edad. Es una realidad vital nuestra preocupación por contar con una vivienda personal o familiar, ya que se trata del sitio o lugar que va a constituir el centro de nuestra vida hogareña, del descanso en un entorno familiar. Su adquisición, mejoras y amueblamiento, son objetivo de nuestro peculiar empeño pro vivienda y nos absorben mucho tiempo y dinero. Pero me atrevo a afirmar que poco, muy poco, conocemos y nos preocupamos de ese nuestro hogar universal, que es la Tierra, el dulce hogar del planeta Tierra.

Las fotografías captadas y enviadas por los astronautas desde el espacio muestran a la Tierra de color azulado. Por eso, ellos la denominan "el planeta azul". Los causantes de ese color o tonalidad azulada son las aguas de los mares y océanos y los gases de la atmósfera, es decir, los dos componentes externos de la corteza terrestre. Y es, precisamente, en esas tres capas: corteza, hidrosfera y atmósfera donde se dan las condiciones adecuadas e idóneas para que pueda desarrollarse la vida. En la atmósfera, la mayor parte del aire se concentra en los 15 kilómetros más próximos a la superficie terrestre y, debido a la diferencia de densidades, presión y temperatura entre las diversas capas o zonas del planeta, la atmósfera presenta cambios constantes, formando lo que llamamos "clima o tiempo atmosférico ".

La atmósfera mantiene relativamente estable la temperatura del planeta Tierra y actúa como un escudo protector contra diversos tipos de radiaciones, que resultarían letales para los seres vivos. También protege la superficie terrestre del impacto de los meteoritos, que, en su mayoría, se desintegran al chocar, a altísimas velocidades, con las capas altas de la atmósfera.

La Tierra está en continuo movimiento. Se va desplazando de forma constante, junto con el resto de planetas y cuerpos del sistema solar, girando alrededor del centro de nuestra galaxia, conocida como "la Vía Láctea". Se trata de un movimiento que no afecta para nada a nuestra vida cotidiana. Para los terráqueos es más importante el movimiento que ella realiza describiendo una órbita en torno al Sol, ya que determina el cambio de estaciones y origina el año solar. A su vez, el movimiento de rotación de la Tierra alrededor de su propio eje, causa la noche y el día, determina nuestros horarios y biorritmos y forma parte de nuestra vida.

Hasta el día de hoy, la Tierra es el único planeta del sistema solar donde sabemos con certeza que se da la vida. Nuestra Tierra reúne una serie de condiciones (atmósfera, temperatura y agua) que permiten la existencia de vida. Y tenemos todos, sin excepción, la obligación y responsabilidad de cuidarla, de mantenerla, porque es nuestro Hogar, nuestro dulce Hogar. Mucho cuidado con contaminarla o lo pagaremos.

 

José Manuel Salvatierra.-

 

 

 

 

 

  PRIMITIVO PRIETO
VIDAL SUCUNZA
LUIS ÁNGEL DE APRAIZ
JOSÉ MAMUEL. SALVATIERRA
PRIMITIVO PRIETO 2
 

    
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